OLEO S/LIENZO "BODA DE TETIS Y PELEO" ENTORNO JUAN DE LA CORTE
Antigüedades - Pintura
Referencia: Z6297
Escuela madrileña del siglo XVII. Círculo de CORTE, Juan de la (Amberes, c. 1585 – Madrid, 1662).
“Boda de Tetis y Peleo”.
Óleo sobre lienzo.
Esta obra describe las bodas de la nereida Tetis y el príncipe Peleo, padres de Aquiles. Se celebró en el monte Pelión, y a ella acudieron todas las deidades, si bien Eris, la diosa de la discordia, no fue invitada. En venganza, ésta arrojó una manzana dorada en la que decía “para la más hermosa”, que causó la disputa entre Atenea, Afrodita y Hera que llevó al Juicio de Paris, para finalmente ocasionar la Guerra de Troya.
El banquete se representa con una composición trabajada en profundidad, situada en un rico interior de arquitectura clásica iluminado por la luz de Apolo, que se sitúa en el extremo más alejado del espectador. A la cabeza de la mesa, en primer plano, aparece Zeus, acompañado por el águila y con Hera, reina de los dioses, a su izquierda. En el ángulo inferior derecho vemos a un grupo de sátiros sirviendo el vino, acompañados por ricas vasijas de metal trabajadas con una pincelada minuciosa y descriptiva. El resto de los dioses aparecen claramente diferenciados, con Atenea en primer plano a la derecha y, siguiendo un ágil ritmo en zigzag, típicamente barroco, Afrodita con Eros, Hermes y los novios, a la izquierda, y a la derecha Poseidón.
Formalmente se trata de una obra perfectamente enmarcada dentro de la escuela madrileña del siglo XVII, desarrollada en torno a la corte. Así, vemos un barroco clasicista suntuoso, alegórico, donde los estudios de luz y colorido cobran una especial relevancia, revelando el tono exaltado y luminoso propio de la madurez de esta escuela. En concreto, podemos relacionar esta pintura con el círculo de Juan de la Corte, pintor de origen flamenco. Nada sabemos hoy de su primera formación, pues la afirmación de Palomino de su nacimiento en España fue rebatida documentalmente, citándose en su testamento que había nacido en Amberes. También se conservan documentos en los que el pintor declara su aprendizaje en Flandes, donde “ejerció su oficio por muchos años”. Por todo ello se le ha relacionado con artistas flamencos de la época que, debido al conocimiento personal o al estudio de sus obras, influyeron poderosamente en la configuración de su lenguaje personal. Sabemos de su establecimiento en España al menos desde 1613. Su trabajo en la corte le animó a pedir la plaza de pintor real que dejó vacante a su muerte Bartolomé González en 1627, objetivo que no consiguió. No hay prueba documental, pues, que avale la afirmación de Palomino al citarle como pintor del rey. Sin embargo, gozó de un moderado éxito en la capital del reino, encontrándose obras suyas en numerosos inventarios nobiliarios de la época. A su vez, gozó de encargos reales, como el ciclo de historias bíblicas que pintó para el palacio del Buen Retiro. Su actividad, según confesión propia, se centró en «arquitecturas, batallas y países», géneros en los que fue excelentemente valorado por sus contemporáneos. Una de las características más interesantes de su estilo es el hecho de haber tratado con frecuencia los temas mitológicos que, llevados al lienzo en distintos ciclos, nos ofrecen un panorama singularmente majestuoso de una temática nada frecuente en la pintura de la España de la época. Otro de los aspectos sobresalientes en su obra fue la proliferación de perspectivas arquitectónicas de evidente vincu¬lación con los tratadistas nórdicos, entre los que cabe destacar muy especialmente a Vredeman de Vries. Su estilo pictórico se mantuvo anclado en tradiciones anteriores, demostrando una evidente modestia y arcaísmo, pero la singularidad de los asuntos que trató le hacen merecedor del recuerdo. Juan de la Corte está representado en el Museo del Prado, el Marítimo de Barcelona, el Cerralbo y el Municipal de Madrid, entre otros..
· Medidas: 97 x 122 cm; 116 x 143 cm (marco).
6.500 €