OLEO S/LIENZO "EL SEGADOR" IGNACIO DIAZ OLANO 1890
Antigüedades - Pintura
Referencia: Z6128
Óleo sobre lienzo, “El segador”, Ignacio Díaz Olano, 1890.
Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho.
Ignacio Salvador Díaz Ruiz de Olano (Vitoria, 1860-1937), pintor y maestro de pintores y más conocido como Ignacio Díaz, estudió en la Academia de Bellas Artes de Vitoria como discípulo de Emilio Soubrier Martínez, y en la Llotja de Barcelona (1877-1880), donde conoció a su maestro Gustavo Bacaristas. Tras finalizar su aprendizaje, volvió a su ciudad natal, donde colaboró en el semanario “El Danzarín” como dibujante, bajo el seudónimo “Galop”. A continuación, en 1890, se trasladó a París, donde permaneció cuatro años cursando estudios de dibujo anatómico, y realizó trabajos de escenografía para el Teatro de la Ópera (hay quien defiende que no es del todo seguro que estuviera en París, sin embargo). Al volver a España, participó en la Exposición Artística e Industrial de Vitoria con varias obras en 1884, año en que también abre su estudio propio en esta ciudad, en el que llevó a cabo una destacada labor didáctica hasta su cierre en 1894 para ir a Barcelona. En este mismo año viajaría a Roma, donde vivió dos años. Desde 1912-1913 también ejercería como docente de dibujo en el Instituto General y Técnico, labor que llevó a cabo hasta que alcanza la edad de jubilación reglamentaria en 1932. Entre 1890 y 1925 Díaz participó en múltiples ediciones de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, logrando medalla de bronce en 1895 y de plata en 1899 y 1901. Conservan obra suya el Museo del Prado de Madrid, los de Bellas Artes de Vitoria y Asturias, el Provincial de Álava, el Ayuntamiento y la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria, colecciones particulares, etc.
Numerosos expertos han destacado que el arte de Ignacio Díaz está muy influenciado por el hecho de que el pintor se quedara rodeado por sus paisanos y vecinos durante mucho tiempo. Ello motivó que la mayor parte de la producción consistiera en óleos de asuntos populares y costumbristas, retratos, paisajes y flores y bodegones. El óleo presente es un claro ejemplo: muestra un segador, en un trigal a medio trabajar y con una pequeña gavilla en la mano, mirando hacia un punto situado fuera del cuadro.
Asimismo, también se pueden apreciar sus excepcionales dotes de observación y su sólida formación dibujística. En esta obra, sin embargo, ya se notan avances al presentar en su trabajo, totalmente integrada, la luz en sus composiciones. De la mano de la luz, y poco a poco, penetró el color, que también se presenta en esta pintura como totalmente dominado. Su búsqueda de la inmediatez traerá la mancha luminosa y el destello cromático y, con el tiempo, se fue acercando al impresionismo naturalista sin entrar del todo dentro de este estilo por mantener su personalidad y sus diferencias formales.
· Medidas: 108 x 72 cm; 110 x 74 cm (marco)
12.000 €